

El contraste es llamativo. Chipre lidera con un 10,4%, seguido por España, que escala un 4,5%, impulsada por el consumo interno, y Malta con un 4,4%. Pero al otro extremo, Estonia cae un 4,8%, y Rumanía y Bélgica retroceden un 4,5% y un 3,4%, respectivamente. Un sector esencial, sí, pero atrapado entre la inflación residual, la pérdida de poder adquisitivo y una sensibilidad extrema al precio que sigue presionando márgenes y estrategias comerciales en toda Europa.


El contraste es llamativo. Chipre lidera con un 10,4%, seguido por España, que escala un 4,5%, impulsada por el consumo interno, y Malta con un 4,4%. Pero al otro extremo, Estonia cae un 4,8%, y Rumanía y Bélgica retroceden un 4,5% y un 3,4%, respectivamente. Un sector esencial, sí, pero atrapado entre la inflación residual, la pérdida de poder adquisitivo y una sensibilidad extrema al precio que sigue presionando márgenes y estrategias comerciales en toda Europa.