

La población inmigrante representa el 14% de los habitantes, y las proyecciones apuntan a un crecimiento del 75% en 15 años. Son cifras que deberían activar a un sector que presume de innovación, pero que todavía falla en surtido, comunicación y adaptación cultural.
Destaca el peso de los 1,6 millones de hogares latinoamericanos, que crecen a doble dígito y compran con hábitos muy definidos: cestas de despensa más cargadas, menor frecuencia y una orientación clara al precio. El 84,6% compara, el 61,3% busca promociones y el 50% de su gasto es marca de distribución. Datos que ponen en evidencia que, si el gran consumo no se reajusta, será el consumidor —no el sector— quien marque las reglas del juego.


La población inmigrante representa el 14% de los habitantes, y las proyecciones apuntan a un crecimiento del 75% en 15 años. Son cifras que deberían activar a un sector que presume de innovación, pero que todavía falla en surtido, comunicación y adaptación cultural.
Destaca el peso de los 1,6 millones de hogares latinoamericanos, que crecen a doble dígito y compran con hábitos muy definidos: cestas de despensa más cargadas, menor frecuencia y una orientación clara al precio. El 84,6% compara, el 61,3% busca promociones y el 50% de su gasto es marca de distribución. Datos que ponen en evidencia que, si el gran consumo no se reajusta, será el consumidor —no el sector— quien marque las reglas del juego.