El mercado ibérico de distribución alimentaria volvió a crecer en 2024, pero lo hizo dejando al descubierto las tensiones que arrastra el sector. La facturación conjunta alcanzó 138.980 millones de euros, un aumento del 3,7%, aunque muy lejos del ritmo inflacionario. España concentró 116.280 millones, el 84% del total, mientras que Portugal aportó 22.700 millones.

Los supermercados y autoservicios dominaron con claridad, acumulando el 81% del negocio y llegando a 112.600 millones, gracias a un avance del 4,4%. El formato discount volvió a tirar del carro con crecimientos del 6,5%, evidenciando que el consumidor ya vota con el bolsillo. En contraste, los hipermercados apenas subieron un 0,2%, quedando relegados al 14% del mercado, y demostrando un modelo cada vez más agotado.

También el cash & carry repuntó un 3,2%, hasta 6.990 millones, empujado por la restauración. Pero el sector sigue atrapado entre una competencia feroz, costes operativos al alza y márgenes cada vez más estrechos. El futuro inmediato pasa por proximidad, logística optimizada y más valor añadido… o por quedarse atrás en una carrera donde ya nadie puede permitirse frenar.