

La raíz del problema es clara: la cerveza, que mueve el mayor peso del mercado, pasará de crecer un 0,2% a caer un 0,2%, arrastrada por la presión económica en Estados Unidos y China, donde el consumo fuera del hogar se hunde y las decisiones políticas frenan cualquier recuperación posible.
Mientras los licores caen un 1,3% y el vino un 2,4%, solo las bebidas listas para beber avanzan un 1,3%, pero insuficiente para sostener una industria que depende de categorías estancadas. El sector entra así en un 2025 marcado por la fragilidad, la incertidumbre y una necesidad urgente de replantear su modelo económico.


La raíz del problema es clara: la cerveza, que mueve el mayor peso del mercado, pasará de crecer un 0,2% a caer un 0,2%, arrastrada por la presión económica en Estados Unidos y China, donde el consumo fuera del hogar se hunde y las decisiones políticas frenan cualquier recuperación posible.
Mientras los licores caen un 1,3% y el vino un 2,4%, solo las bebidas listas para beber avanzan un 1,3%, pero insuficiente para sostener una industria que depende de categorías estancadas. El sector entra así en un 2025 marcado por la fragilidad, la incertidumbre y una necesidad urgente de replantear su modelo económico.