La desesperación inunda el ánimo de los pescadores españoles. Los hogares, los mercados y los restaurantes empezarán a echar en falta pronto el pescado fresco. El sector pesquero español ha decidido amarrar toda la flota, sin salir a faenar, hasta el próximo miércoles día 23 de marzo, día de reunión con el ministro Luis Planas.

La protesta pretende paliar el elevado precio de los carburantes que luego termina repercutiendo en el precio del pescado. Según el sector "se trabaja a pérdida" pues sólo el combustible representa en torno al 40% de los costes de producción. Los pescadores solicitan a los transportistas que dejen que se distribuya el pescado fresco ya capturado para evitar más pérdidas.