La distribución alimentaria ha entrado en un túnel de pérdidas diarias de 130 millones de euros, como consecuencia de los efectos directos de la huelga del transporte impulsada por la Plataforma Nacional por la Defensa del Transporte por Carretera.

Organización que no se ve representada por el Comité Nacional de Transporte por Carretera por lo que no acepta el acuerdo alcanzado con el Gobierno de España que recoge una rebaja de 20 céntimos por litro en el combustible hasta el 30 de junio. La plataforma, que se otorga la representación del 85% de los camioneros autónomos y busca cubrir los costes de explotación, culpa a la patronal, presiona al Ministerio de Transportes y tensiona a la cadena de distribución ante la presión de los consumidores.  De hecho, este fin de semana ha suspendido el paro.

Mientras la cadena alimentaria busca una salida a la encrucijada logística, la posibilidad de que las empresas se vean abocadas a realizar ERTES como consecuencia de los paros del transporte se abre paso.

La cadena alimentaria, que asegura estar absorbiendo sobrecostes como los energéticos y las materias primas, apelan al sentido de la responsabilidad de los consumidores. Desde el sector se apunta que los acopios masivos, lejos de facilitar el problema, complican la gestión de stocks. Los problemas de abastecimiento son reales pero no existe  desabastecimiento, apuntan desde la industria alimentaria.