La medida busca frenar la reduflación, una práctica que encarece el precio por unidad sin informar al consumidor. Las empresas tendrán 90 días desde la primera venta para adaptar el etiquetado. Con esta norma, el Gobierno refuerza el control comercial y apunta a una economía más justa y transparente, protegiendo tanto el bolsillo del consumidor como la competencia entre marcas.
La medida busca frenar la reduflación, una práctica que encarece el precio por unidad sin informar al consumidor. Las empresas tendrán 90 días desde la primera venta para adaptar el etiquetado. Con esta norma, el Gobierno refuerza el control comercial y apunta a una economía más justa y transparente, protegiendo tanto el bolsillo del consumidor como la competencia entre marcas.