

Un crecimiento sostenido, sí, pero que refleja un sector que avanza sin resolver sus problemas de eficiencia y costes. De toda esa producción, 150,8 millones de toneladas se enviaron a lecherías para transformarse en queso, mantequilla y otros derivados.
La elaboración de queso absorbió 59,9 millones de toneladas de leche entera y 17 millones de desnatada, para generar solo 10,8 millones de toneladas de producto final; mientras que la producción de mantequilla necesitó 44,2 millones de toneladas de leche entera para obtener 2,3 millones de toneladas. Un volumen de materias primas que evidencia una cadena de valor muy poco equilibrada.
En el reparto por países, Alemania domina con el 18,8% de la leche de consumo y más del 20% de mantequilla y queso. España, segunda en leche de consumo con 15,2%, sigue lejos en derivados de mayor valor añadido, lo que subraya la necesidad de un sector más innovador y competitivo.


Un crecimiento sostenido, sí, pero que refleja un sector que avanza sin resolver sus problemas de eficiencia y costes. De toda esa producción, 150,8 millones de toneladas se enviaron a lecherías para transformarse en queso, mantequilla y otros derivados.
La elaboración de queso absorbió 59,9 millones de toneladas de leche entera y 17 millones de desnatada, para generar solo 10,8 millones de toneladas de producto final; mientras que la producción de mantequilla necesitó 44,2 millones de toneladas de leche entera para obtener 2,3 millones de toneladas. Un volumen de materias primas que evidencia una cadena de valor muy poco equilibrada.
En el reparto por países, Alemania domina con el 18,8% de la leche de consumo y más del 20% de mantequilla y queso. España, segunda en leche de consumo con 15,2%, sigue lejos en derivados de mayor valor añadido, lo que subraya la necesidad de un sector más innovador y competitivo.