

Sin embargo, el logro ambiental no siempre se traduce en rentabilidad económica. Según el Informe Anual del Pescado Blanco 2025, más de 60 especies —desde el bacalao al abadejo de Alaska o la merluza sudafricana— lucen hoy el sello azul, lo que demuestra el compromiso del sector con la sostenibilidad.
Aun así, la presión sobre los márgenes comerciales crece. Los costes de certificación, la volatilidad del combustible y la dependencia de grandes distribuidoras limitan los beneficios para las flotas. El pescado blanco, que representa la mitad de todos los productos con sello MSC, se enfrenta a un reto: mantener la sostenibilidad sin comprometer su viabilidad económica. Porque sin rentabilidad, no hay futuro posible para la pesca responsable.


Sin embargo, el logro ambiental no siempre se traduce en rentabilidad económica. Según el Informe Anual del Pescado Blanco 2025, más de 60 especies —desde el bacalao al abadejo de Alaska o la merluza sudafricana— lucen hoy el sello azul, lo que demuestra el compromiso del sector con la sostenibilidad.
Aun así, la presión sobre los márgenes comerciales crece. Los costes de certificación, la volatilidad del combustible y la dependencia de grandes distribuidoras limitan los beneficios para las flotas. El pescado blanco, que representa la mitad de todos los productos con sello MSC, se enfrenta a un reto: mantener la sostenibilidad sin comprometer su viabilidad económica. Porque sin rentabilidad, no hay futuro posible para la pesca responsable.