Miles de agricultores de toda Europa se manifestaron en Bruselas para exigir rentabilidad, precios justos y menos carga burocrática.

Denuncian que los costes de producción —energía, fertilizantes y piensos— siguen elevados, mientras los precios en origen no compensan. El sector recuerda que, en la última década, la renta agraria real ha perdido poder adquisitivo en varios países y que la PAC concentra ayudas en grandes explotaciones, dejando a pequeñas y medianas en situación vulnerable.

Las protestas apuntan también a la competencia de importaciones de terceros países con estándares ambientales y laborales más laxos, reclamando cláusulas espejo y controles efectivos. Ante la sede de la Comisión Europea, pidieron simplificar la condicionalidad verde, acelerar pagos y revisar acuerdos comerciales.El campo europeo advierte que, sin cambios, caerá la producción, aumentará la dependencia exterior y se resentirá el empleo rural, en un sector que aún aporta millones de puestos de trabajo y garantiza la seguridad alimentaria del continente.