El envero llega hasta dos semanas más tarde que en 2024, y los viñedos han sufrido los efectos del mildiu, tormentas y pedrisco. Aun así, las lluvias puntuales han dado algo de oxígeno, y en algunas zonas se espera una uva de alta calidad.
El sistema INF existencias finales de vino a 31 de mayo se sitúan en 33,8 millones de hectolitros, un millón menos que hace un año.
Aunque la producción nacional sigue expuesta a una climatología impredecible, mientras los costes de cultivo no paran de subir. La rentabilidad de muchas explotaciones sigue en duda.
El envero llega hasta dos semanas más tarde que en 2024, y los viñedos han sufrido los efectos del mildiu, tormentas y pedrisco. Aun así, las lluvias puntuales han dado algo de oxígeno, y en algunas zonas se espera una uva de alta calidad.
El sistema INF existencias finales de vino a 31 de mayo se sitúan en 33,8 millones de hectolitros, un millón menos que hace un año.
Aunque la producción nacional sigue expuesta a una climatología impredecible, mientras los costes de cultivo no paran de subir. La rentabilidad de muchas explotaciones sigue en duda.