España vuelve a situarse en el centro del tablero económico del vino a granel, acaparando casi el 40% de las exportaciones mundiales y demostrando que el liderazgo no es casualidad. En solo seis meses, las bodegas españolas han colocado seis millones de hectolitros en mercados internacionales, por 302 millones de euros, apoyadas por un aumento del 12% en los precios tras la caída de la cosecha mundial.

Mientras Nueva Zelanda y Italia compiten por valor y Australia recupera terreno con un incremento del 15% hacia Estados Unidos, España mantiene volumen y mejora márgenes: un modelo que combina competitividad, sostenibilidad y calidad.

La próxima World Bulk Wine Exhibition, en Ámsterdam, marcará tendencia en un mercado en plena transformación, donde el bag-in-box, los formatos alternativos y las bebidas listas para consumir se imponen como nuevas palancas económicas para un sector obligado a reinventarse si quiere seguir liderando.