Los incrementos más duros se registraron en los huevos, con un 27,8% más, la fruta, que subió un 21,1%, y la leche, con un 13,3%. En contraste, productos esenciales como el aceite de oliva se desplomaron un 39,9%, y la patata, un 29,1%, confirmando la inestabilidad del sector.
En cuanto a insumos, los fertilizantes subieron un 5,6% y los gastos veterinarios un 3,3%, mientras que la energía cayó un 5,8%, con el carburante desplomándose un 10,8%.
A nivel territorial, el contraste es evidente: Letonia, Irlanda y Luxemburgo lideran las subidas con hasta un 21,8%, mientras que Grecia fue la excepción con un leve descenso del 0,1%.
La conclusión es clara: los precios agrícolas europeos suben, pero lo hacen de forma desigual, mostrando un mercado desequilibrado y vulnerable.
Los incrementos más duros se registraron en los huevos, con un 27,8% más, la fruta, que subió un 21,1%, y la leche, con un 13,3%. En contraste, productos esenciales como el aceite de oliva se desplomaron un 39,9%, y la patata, un 29,1%, confirmando la inestabilidad del sector.
En cuanto a insumos, los fertilizantes subieron un 5,6% y los gastos veterinarios un 3,3%, mientras que la energía cayó un 5,8%, con el carburante desplomándose un 10,8%.
A nivel territorial, el contraste es evidente: Letonia, Irlanda y Luxemburgo lideran las subidas con hasta un 21,8%, mientras que Grecia fue la excepción con un leve descenso del 0,1%.
La conclusión es clara: los precios agrícolas europeos suben, pero lo hacen de forma desigual, mostrando un mercado desequilibrado y vulnerable.