A las ya consabidas dificultades que atraviesa el sector cárnico derivadas de los elevados costes energéticos, el pasado año fueron un 344% más elevados que en 2019, hay que sumar la creciente presión de la inflación, que se ha traducido en mayores costes en insumos y en un incremento excepcional de los costes salariales.

Todo esto puede hacer mella de manera significativa en las expectativas del sector en materia de inversión y empleo. Así, la tendencia alcista del Índice de Precios al Consumo en la alimentación no para y, registrando un incremento interanual del 16,6% este pasado mes de febrero, ha provocado una disminución del consumo, bajando un 1,7% la tasa anual según datos de ventas en la distribución. A pesar de los problemas, el sector cárnico ha superado los 31.000 millones de euros de facturación y las exportaciones han obtenido una cifra récord de 9.986 millones de euros, un 9,6% más que el pasado año 2021, situando con un 606% en positivo su balanza comercial.