En junio se observa un respiro: las ventas crecieron un 3,5% en valor hasta los 254,6 millones, aunque el volumen retrocedió un 0,5%, quedando en 161,5 millones de litros. La división muestra un patrón claro: caen los vinos envasados en valor y volumen, mientras los graneles aumentan en ambos, aunque a costa de sacrificar imagen y valor añadido.
En el acumulado interanual, la facturación apenas sube un 0,2%, alcanzando 2.947,2 millones de euros, mientras el volumen se desploma un 5,9%, con 118,8 millones de litros menos exportados. El sector, cada vez más dependiente del granel, enfrenta un reto evidente: crecer en valor sin perder calidad ni prestigio internacional.
En junio se observa un respiro: las ventas crecieron un 3,5% en valor hasta los 254,6 millones, aunque el volumen retrocedió un 0,5%, quedando en 161,5 millones de litros. La división muestra un patrón claro: caen los vinos envasados en valor y volumen, mientras los graneles aumentan en ambos, aunque a costa de sacrificar imagen y valor añadido.
En el acumulado interanual, la facturación apenas sube un 0,2%, alcanzando 2.947,2 millones de euros, mientras el volumen se desploma un 5,9%, con 118,8 millones de litros menos exportados. El sector, cada vez más dependiente del granel, enfrenta un reto evidente: crecer en valor sin perder calidad ni prestigio internacional.