

Este crecimiento no es coyuntural: en los últimos cinco años las compras a Marruecos han subido un 58% en valor y un 8% en volumen, consolidando al país como primer proveedor en valor y segundo en volumen tras Francia. Mientras tanto, las importaciones desde Francia se situaron en 589.974 toneladas y 254 millones de euros, lo que refleja una brecha creciente.
El problema va más allá de los números: los precios de entrada pactados con la UE se han quedado obsoletos, dejando sin protección a cultivos estratégicos como el tomate español. El resultado es claro: pérdida de competitividad, riesgo para la viabilidad de regiones productoras y un golpe directo a la soberanía alimentaria europea.
El mercado se abre cada vez más a terceros países mientras la producción nacional pierde terreno, mostrando un desequilibrio que amenaza al propio sector agrícola español.


Este crecimiento no es coyuntural: en los últimos cinco años las compras a Marruecos han subido un 58% en valor y un 8% en volumen, consolidando al país como primer proveedor en valor y segundo en volumen tras Francia. Mientras tanto, las importaciones desde Francia se situaron en 589.974 toneladas y 254 millones de euros, lo que refleja una brecha creciente.
El problema va más allá de los números: los precios de entrada pactados con la UE se han quedado obsoletos, dejando sin protección a cultivos estratégicos como el tomate español. El resultado es claro: pérdida de competitividad, riesgo para la viabilidad de regiones productoras y un golpe directo a la soberanía alimentaria europea.
El mercado se abre cada vez más a terceros países mientras la producción nacional pierde terreno, mostrando un desequilibrio que amenaza al propio sector agrícola español.