La nueva DOP Aceite de Somontano entra en el registro europeo, elevando a 225 las figuras de calidad agroalimentaria españolas.

Sin embargo, este reconocimiento vuelve a poner sobre la mesa una contradicción del sector: mientras se multiplican las certificaciones, el valor económico para productores y cooperativas sigue sin despegar. Este aceite, obtenido solo por métodos mecánicos y con un perfil sensorial complejo, aspira a competir en un mercado saturado, donde el precio no siempre refleja el coste real de producción. Su zona de origen, en Huesca, concentra todo el proceso, pero la gran pregunta es si este sello logrará traducirse en mayor rentabilidad o quedará como una etiqueta más en un mercado ya fragmentado.