Algarroba, el potencial del árbol en la lucha contra el cambio climático.

Algarroba, el potencial del árbol en la lucha contra el cambio climático.

Global
Oct 28
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La puesta en valor del cultivo del algarrobo, como producción alternativa, rentable y sostenible, ha sido argumentada por el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, durante su visita a la empresa Ceratonia Plus, dedicada a la diversificación y aprovechamiento de la pulpa de la algarroba.

Luengo explicó que aunque el algarrobo es un árbol de lenta entrada en producción "porque la fructificación se produce sobre madera de 3 a 5 años, los árboles adultos dan cosechas de 70 a 100 kilos, y la producción por hectárea en secano, con 70 árboles, es de 5.000 kilos por hectárea en un año bueno y de 2.000 a 3.000 por término medio. Pero es que una plantación moderna, con una densidad de 150 árboles por hectárea y riego de apoyo puede llegar a 10.000 kg/ha".

"A esto hay que sumar que el precio ha experimentado una verdadera revolución, pasando en pocos años de 0,2 euros el kilo a 0,8, y, aunque el valor de la pulpa es hoy todavía muy bajo, empleándose mayoritariamente como aditivo de piensos, se está avanzando en el uso para la alimentación humana, para carnes vegetales o como sustituto del azúcar, por lo que es muy probable que se produzca pronto una revalorización", precisó el consejero.

Junto a esas expectativas sobre la rentabilidad de un cultivo que, además, requiere de muy escasa inversión en su proceso de producción, son muy destacables sus valores en cuanto a sostenibilidad. "Un algarrobo o garrofero en el campo de Cartagena es un mini oasis, tiene sombra y alimento, es el árbol que en nuestras condiciones de clima y suelo es capaz de producir más biomasa, fijar más CO2, mejorar el suelo y evitar la erosión, entre otros beneficios. Y es el más adaptado al calentamiento global por su altísima resistencia a altas temperaturas y a la sequía".

Además, Antonio Luengo puso de relieve que "se considera que para un buen desarrollo, el algarrobo necesita una pluviometría de 450 mm/año, aunque puede subsistir con 300 mm o menos. En Israel y California se han aumentado las producciones un 60 por ciento con suministros muy bajos de riego, de 100 a 200 mm/año, aplicando técnicas de riego deficitario controlado. Y es destacable, asimismo, que tolera el riego con aguas de baja calidad".

En conclusión, "estamos en el lugar y en el momento idóneos para poner de relieve las bondades del cultivo del algarrobo, porque la familia Martínez-Fortún ha sabido ver las posibilidades que ofrece este producto, con el que vienen trabajando desde hace 40 años y que a través de la diversificación da a conocer sus beneficios nutricionales y las ventajas medioambientales que supone su cultivo", señaló el consejero.

Redacción ADN TV
Redacción

Generadora de contenidos audiovisuales para diferentes plataformas, produce desde la óptica de las necesidades de las personas que consumen información.

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La puesta en valor del cultivo del algarrobo, como producción alternativa, rentable y sostenible, ha sido argumentada por el consejero de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, Antonio Luengo, durante su visita a la empresa Ceratonia Plus, dedicada a la diversificación y aprovechamiento de la pulpa de la algarroba.

Luengo explicó que aunque el algarrobo es un árbol de lenta entrada en producción "porque la fructificación se produce sobre madera de 3 a 5 años, los árboles adultos dan cosechas de 70 a 100 kilos, y la producción por hectárea en secano, con 70 árboles, es de 5.000 kilos por hectárea en un año bueno y de 2.000 a 3.000 por término medio. Pero es que una plantación moderna, con una densidad de 150 árboles por hectárea y riego de apoyo puede llegar a 10.000 kg/ha".

"A esto hay que sumar que el precio ha experimentado una verdadera revolución, pasando en pocos años de 0,2 euros el kilo a 0,8, y, aunque el valor de la pulpa es hoy todavía muy bajo, empleándose mayoritariamente como aditivo de piensos, se está avanzando en el uso para la alimentación humana, para carnes vegetales o como sustituto del azúcar, por lo que es muy probable que se produzca pronto una revalorización", precisó el consejero.

Junto a esas expectativas sobre la rentabilidad de un cultivo que, además, requiere de muy escasa inversión en su proceso de producción, son muy destacables sus valores en cuanto a sostenibilidad. "Un algarrobo o garrofero en el campo de Cartagena es un mini oasis, tiene sombra y alimento, es el árbol que en nuestras condiciones de clima y suelo es capaz de producir más biomasa, fijar más CO2, mejorar el suelo y evitar la erosión, entre otros beneficios. Y es el más adaptado al calentamiento global por su altísima resistencia a altas temperaturas y a la sequía".

Además, Antonio Luengo puso de relieve que "se considera que para un buen desarrollo, el algarrobo necesita una pluviometría de 450 mm/año, aunque puede subsistir con 300 mm o menos. En Israel y California se han aumentado las producciones un 60 por ciento con suministros muy bajos de riego, de 100 a 200 mm/año, aplicando técnicas de riego deficitario controlado. Y es destacable, asimismo, que tolera el riego con aguas de baja calidad".

En conclusión, "estamos en el lugar y en el momento idóneos para poner de relieve las bondades del cultivo del algarrobo, porque la familia Martínez-Fortún ha sabido ver las posibilidades que ofrece este producto, con el que vienen trabajando desde hace 40 años y que a través de la diversificación da a conocer sus beneficios nutricionales y las ventajas medioambientales que supone su cultivo", señaló el consejero.

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