En junio de 2025, Estados Unidos alcanzó un récord histórico al importar 66.049 toneladas de aceite de oliva, casi el doble que en 2024. La Unión Europea aportó el 95% del total, con Italia, España, Túnez y Turquía como principales proveedores.

El valor unitario de las exportaciones comunitarias cayó hasta 521,7 euros por cada 100 kilos, un desplome del 48,3% interanual. En el caso del virgen extra, que supone el 72% de las ventas, el precio medio fue de 569,1 euros por 100 kilos.

Mientras tanto, el contraste en los precios en origen es alarmante: en Jaén el virgen extra se pagó a 386,7 euros por 100 kilos, un 46% menos que hace un año, frente a los 970 euros en Bari, Italia, donde los precios suben un 19%.

Este desequilibrio evidencia un mercado que beneficia a la gran distribución y penaliza al productor español, erosionando la rentabilidad de uno de los cultivos estratégicos de la economía agrícola nacional.

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