El ajo morado, emblema del sector, vuelve a caer un 8% en superficie, encadenando descensos que amenazan su futuro. A esto se suman costes salariales e insumos al alza, robos en campo cada vez más frecuentes y la escasez de productos fitosanitarios eficaces, que dejan al agricultor sin defensa frente a plagas y enfermedades. Aunque los precios de mercado son relativamente buenos, ni siquiera compensan las pérdidas de rendimiento, generando un clima de incertidumbre para 2026. El ajo español, líder en Europa por calidad y trazabilidad, sobrevive entre costes desbordados, políticas ineficaces y falta de apoyo real, mientras los productores advierten que el riesgo de abandono del cultivo es cada vez mayor.
El ajo morado, emblema del sector, vuelve a caer un 8% en superficie, encadenando descensos que amenazan su futuro. A esto se suman costes salariales e insumos al alza, robos en campo cada vez más frecuentes y la escasez de productos fitosanitarios eficaces, que dejan al agricultor sin defensa frente a plagas y enfermedades. Aunque los precios de mercado son relativamente buenos, ni siquiera compensan las pérdidas de rendimiento, generando un clima de incertidumbre para 2026. El ajo español, líder en Europa por calidad y trazabilidad, sobrevive entre costes desbordados, políticas ineficaces y falta de apoyo real, mientras los productores advierten que el riesgo de abandono del cultivo es cada vez mayor.