Las importaciones de países como Camboya, Myanmar, Pakistán o Argentina inundan Europa con arroz barato, desestabilizando el mercado. La producción europea, sujeta a estrictas normas fitosanitarias y mayores costes laborales, no puede competir. La falta de etiquetado de origen agrava el problema, dejando al consumidor sin información. Además, las lluvias retrasaron más de un mes las siembras nacionales y la falta de semilla ha disparado su precio, con impactos severos en regiones como Extremadura, donde se espera una fuerte caída en la producción.
Las importaciones de países como Camboya, Myanmar, Pakistán o Argentina inundan Europa con arroz barato, desestabilizando el mercado. La producción europea, sujeta a estrictas normas fitosanitarias y mayores costes laborales, no puede competir. La falta de etiquetado de origen agrava el problema, dejando al consumidor sin información. Además, las lluvias retrasaron más de un mes las siembras nacionales y la falta de semilla ha disparado su precio, con impactos severos en regiones como Extremadura, donde se espera una fuerte caída en la producción.