Solo en 2024, la reducción del 40% en los días de pesca generó un impacto económico considerado irreversible en muchas zonas costeras. Mientras los jóvenes demandan alimentos fáciles y saludables, el pescado pierde terreno frente a otras opciones, a pesar de su alto valor nutricional.
La industria pesquera española, que representa más de 31.000 empleos directos y una aportación clave al PIB azul, enfrenta una crisis por falta de relevo generacional, presión de flotas extranjeras y una regulación europea cada vez más estricta. Hoy, el desafío no es pescar más, sino comunicar mejor, innovar más y defender el producto nacional como fuente de salud, empleo y sostenibilidad.
Solo en 2024, la reducción del 40% en los días de pesca generó un impacto económico considerado irreversible en muchas zonas costeras. Mientras los jóvenes demandan alimentos fáciles y saludables, el pescado pierde terreno frente a otras opciones, a pesar de su alto valor nutricional.
La industria pesquera española, que representa más de 31.000 empleos directos y una aportación clave al PIB azul, enfrenta una crisis por falta de relevo generacional, presión de flotas extranjeras y una regulación europea cada vez más estricta. Hoy, el desafío no es pescar más, sino comunicar mejor, innovar más y defender el producto nacional como fuente de salud, empleo y sostenibilidad.