

El consumo presencial sube un 3,2%, impulsado sobre todo por ocio y hostelería, que crecen un 6,2%, mientras el comercio electrónico acelera hasta el 11%, consolidando su papel como motor del gasto.
Sin embargo, no todo avanza al mismo ritmo: el consumo mediante recibos pierde fuerza, y el incremento de precios sigue presionando los márgenes de los hogares.
El gasto de los turistas extranjeros aumenta un 9,2%, apuntalando la actividad, pero el patrón es claro: España consume más, sí, aunque cada euro se mide más que nunca, y el repunte aún no basta para compensar el desgaste acumulado del poder adquisitivo.


El consumo presencial sube un 3,2%, impulsado sobre todo por ocio y hostelería, que crecen un 6,2%, mientras el comercio electrónico acelera hasta el 11%, consolidando su papel como motor del gasto.
Sin embargo, no todo avanza al mismo ritmo: el consumo mediante recibos pierde fuerza, y el incremento de precios sigue presionando los márgenes de los hogares.
El gasto de los turistas extranjeros aumenta un 9,2%, apuntalando la actividad, pero el patrón es claro: España consume más, sí, aunque cada euro se mide más que nunca, y el repunte aún no basta para compensar el desgaste acumulado del poder adquisitivo.