España fue el segundo país más afectado en el sector de vinos y bebidas espirituosas, con pérdidas anuales de 380 millones de euros y 1.100 empleos destruidos. La venta de alimentos adulterados, algunos con sustancias peligrosas, sigue creciendo a través del comercio electrónico, representando un grave riesgo para la salud pública y la seguridad alimentaria.
España fue el segundo país más afectado en el sector de vinos y bebidas espirituosas, con pérdidas anuales de 380 millones de euros y 1.100 empleos destruidos. La venta de alimentos adulterados, algunos con sustancias peligrosas, sigue creciendo a través del comercio electrónico, representando un grave riesgo para la salud pública y la seguridad alimentaria.