España ocupa el puesto número 11, con 29,1 millones de toneladas, muy lejos de las grandes potencias y con un sector que depende cada vez más de la exportación para sostener su rentabilidad. Mientras países como Brasil crecen un 3,5%, o Turquía resiste con más de 53 millones de toneladas, España mantiene cifras que reflejan estancamiento y un riesgo de pérdida de competitividad.
El dato es revelador: con apenas un 1,5% del total mundial, España juega en una liga cada vez más dura, donde el precio, la productividad y la presión internacional marcan tendencia. El reto no es solo producir, sino hacerlo de forma sostenible y rentable en un mercado global que avanza mucho más rápido.
España ocupa el puesto número 11, con 29,1 millones de toneladas, muy lejos de las grandes potencias y con un sector que depende cada vez más de la exportación para sostener su rentabilidad. Mientras países como Brasil crecen un 3,5%, o Turquía resiste con más de 53 millones de toneladas, España mantiene cifras que reflejan estancamiento y un riesgo de pérdida de competitividad.
El dato es revelador: con apenas un 1,5% del total mundial, España juega en una liga cada vez más dura, donde el precio, la productividad y la presión internacional marcan tendencia. El reto no es solo producir, sino hacerlo de forma sostenible y rentable en un mercado global que avanza mucho más rápido.