

A pesar de los altos costes de explotación, los precios en origen siguen estancados, mientras la industria ha importado más de 22,5 millones de kilos de miel en los ocho primeros meses del año, a menos de dos euros por kilo, muy por debajo de los costes nacionales.
El resultado es un mercado desequilibrado, dominado por mieles baratas y de dudosa calidad, que presionan a los apicultores y amenazan la supervivencia del sector. Sin medidas urgentes y una intervención eficaz, la apicultura española podría perder miles de colmenas y su relevo generacional en los próximos años.


A pesar de los altos costes de explotación, los precios en origen siguen estancados, mientras la industria ha importado más de 22,5 millones de kilos de miel en los ocho primeros meses del año, a menos de dos euros por kilo, muy por debajo de los costes nacionales.
El resultado es un mercado desequilibrado, dominado por mieles baratas y de dudosa calidad, que presionan a los apicultores y amenazan la supervivencia del sector. Sin medidas urgentes y una intervención eficaz, la apicultura española podría perder miles de colmenas y su relevo generacional en los próximos años.