Su estrategia ha sido clara: compras récord de 7.900 millones de euros a más de 860 proveedores nacionales, de las que más de 4.000 millones se exportaron a treinta países.
El dato más llamativo llega del sector hortofrutícola: 3.300 millones en frutas y hortalizas, que sitúan a Lidl como primer cliente de la huerta española. Pero esta posición dominante plantea una crítica inevitable: la dependencia creciente de los productores respecto a una sola cadena, con márgenes cada vez más ajustados.
En paralelo, la compañía invirtió 330 millones en expansión, superando las 700 tiendas y creando 1.200 empleos, con una plantilla que roza los 19.700 trabajadores, de los que el 93% tiene contrato indefinido. Sin embargo, el sector cuestiona si el modelo de crecimiento acelerado genera valor equilibrado para toda la cadena agroalimentaria, o concentra beneficios en la gran distribución a costa del campo.
Su estrategia ha sido clara: compras récord de 7.900 millones de euros a más de 860 proveedores nacionales, de las que más de 4.000 millones se exportaron a treinta países.
El dato más llamativo llega del sector hortofrutícola: 3.300 millones en frutas y hortalizas, que sitúan a Lidl como primer cliente de la huerta española. Pero esta posición dominante plantea una crítica inevitable: la dependencia creciente de los productores respecto a una sola cadena, con márgenes cada vez más ajustados.
En paralelo, la compañía invirtió 330 millones en expansión, superando las 700 tiendas y creando 1.200 empleos, con una plantilla que roza los 19.700 trabajadores, de los que el 93% tiene contrato indefinido. Sin embargo, el sector cuestiona si el modelo de crecimiento acelerado genera valor equilibrado para toda la cadena agroalimentaria, o concentra beneficios en la gran distribución a costa del campo.