El cierre de campaña refleja unas existencias finales de 30,6 millones de hectolitros, un 1,4% menos que el año anterior y un alarmante 13,1% por debajo de la media de los últimos cinco años. Más grave aún es el desplome en vinos tintos y rosados, con apenas 18,9 millones de hectolitros, lo que supone un 10,2% menos que en 2024 y un recorte del 17,8% sobre la media.
En definitiva, menos producción, menos stock y un mercado interno incapaz de absorber el excedente. El sector necesita replantear su modelo económico antes de que la pérdida de competitividad se convierta en estructural.
El cierre de campaña refleja unas existencias finales de 30,6 millones de hectolitros, un 1,4% menos que el año anterior y un alarmante 13,1% por debajo de la media de los últimos cinco años. Más grave aún es el desplome en vinos tintos y rosados, con apenas 18,9 millones de hectolitros, lo que supone un 10,2% menos que en 2024 y un recorte del 17,8% sobre la media.
En definitiva, menos producción, menos stock y un mercado interno incapaz de absorber el excedente. El sector necesita replantear su modelo económico antes de que la pérdida de competitividad se convierta en estructural.