Andalucía, con más de un millón de toneladas, concentrará el 79% del total, aunque sufre una caída del 5%. Castilla-La Mancha baja un 17%, mientras que Extremadura logra crecer un 3%, hasta las 80.500 toneladas. Las lluvias primaverales salvaron una floración que prometía cifras récord, pero las altas temperaturas del verano han frenado su potencial.
El mercado nacional y las exportaciones deberían mantenerse estables, aunque la volatilidad de precios y el alto coste energético siguen presionando a productores y cooperativas. España mantiene el liderazgo mundial, sí, pero el desafío no está en producir más, sino en producir mejor y garantizar márgenes sostenibles en toda la cadena del aceite.
Andalucía, con más de un millón de toneladas, concentrará el 79% del total, aunque sufre una caída del 5%. Castilla-La Mancha baja un 17%, mientras que Extremadura logra crecer un 3%, hasta las 80.500 toneladas. Las lluvias primaverales salvaron una floración que prometía cifras récord, pero las altas temperaturas del verano han frenado su potencial.
El mercado nacional y las exportaciones deberían mantenerse estables, aunque la volatilidad de precios y el alto coste energético siguen presionando a productores y cooperativas. España mantiene el liderazgo mundial, sí, pero el desafío no está en producir más, sino en producir mejor y garantizar márgenes sostenibles en toda la cadena del aceite.