La pérdida de confianza en el futuro es el motor de esta tendencia. Por primera vez, las expectativas sobre el mañana se igualan a la valoración del presente, algo que solo ocurrió durante la pandemia o el inicio de la guerra en Ucrania.
El segmento “puedo pero no quiero” crece 2,5 puntos y alcanza ya la mitad de la población, con mayor incidencia en rentas altas y adultos mayores. Entre las causas: la incertidumbre geopolítica (43%), el ahorro para vivienda (29%) y una percepción inflacionaria tres veces superior a la real.
El resultado: una economía del consumo contenida, donde la alimentación gana terreno frente a la hostelería, y el gasto se racionaliza como nunca. España entra, definitivamente, en la era del ahorro estratégico y del consumo selectivo.
La pérdida de confianza en el futuro es el motor de esta tendencia. Por primera vez, las expectativas sobre el mañana se igualan a la valoración del presente, algo que solo ocurrió durante la pandemia o el inicio de la guerra en Ucrania.
El segmento “puedo pero no quiero” crece 2,5 puntos y alcanza ya la mitad de la población, con mayor incidencia en rentas altas y adultos mayores. Entre las causas: la incertidumbre geopolítica (43%), el ahorro para vivienda (29%) y una percepción inflacionaria tres veces superior a la real.
El resultado: una economía del consumo contenida, donde la alimentación gana terreno frente a la hostelería, y el gasto se racionaliza como nunca. España entra, definitivamente, en la era del ahorro estratégico y del consumo selectivo.