En el balance interanual, el panorama es aún más pesimista: el índice pierde 3,3 puntos respecto a septiembre de 2024, un descenso del 3,9% que evidencia el agotamiento del consumidor ante la inflación persistente y la desaceleración económica.
Pese a un leve repunte trimestral del 4,9%, el ICC se mantiene 16,8 puntos por debajo del nivel de referencia de 2005, un dato que subraya la fragilidad estructural del consumo en España. La incertidumbre política, la presión fiscal y la pérdida de poder adquisitivo siguen lastrando el ánimo del consumidor, que mira al futuro con más cautela que confianza.
En el balance interanual, el panorama es aún más pesimista: el índice pierde 3,3 puntos respecto a septiembre de 2024, un descenso del 3,9% que evidencia el agotamiento del consumidor ante la inflación persistente y la desaceleración económica.
Pese a un leve repunte trimestral del 4,9%, el ICC se mantiene 16,8 puntos por debajo del nivel de referencia de 2005, un dato que subraya la fragilidad estructural del consumo en España. La incertidumbre política, la presión fiscal y la pérdida de poder adquisitivo siguen lastrando el ánimo del consumidor, que mira al futuro con más cautela que confianza.