El 52% de los alimentos desperdiciados son frutas y frescos perecederos, seguidos de platos cocinados y verduras, lo que refleja una falta de planificación doméstica. Aunque gran parte del desperdicio proviene de restos inevitables, uno de cada cinco kilos podría haberse consumido.
El 81% del despilfarro se debe a una mala gestión del cocinado, y casi un 12% al olvido en la nevera. Paradójicamente, los hogares jóvenes y pequeños son los que menos tiran, pero los más conscientes de hacerlo.
En los comedores escolares, el dato tampoco pasa desapercibido: 20 kilos de comida desechada cada día. Un problema que no solo habla de hábitos, sino de ineficiencia económica y social en una cadena alimentaria que sigue sin cerrar su propio círculo.
El 52% de los alimentos desperdiciados son frutas y frescos perecederos, seguidos de platos cocinados y verduras, lo que refleja una falta de planificación doméstica. Aunque gran parte del desperdicio proviene de restos inevitables, uno de cada cinco kilos podría haberse consumido.
El 81% del despilfarro se debe a una mala gestión del cocinado, y casi un 12% al olvido en la nevera. Paradójicamente, los hogares jóvenes y pequeños son los que menos tiran, pero los más conscientes de hacerlo.
En los comedores escolares, el dato tampoco pasa desapercibido: 20 kilos de comida desechada cada día. Un problema que no solo habla de hábitos, sino de ineficiencia económica y social en una cadena alimentaria que sigue sin cerrar su propio círculo.