Los cereales marcaron 105,6 puntos, con un retroceso interanual del 4,1%, arrastrados por la caída del trigo y el arroz, aunque el maíz encadena tres meses de alzas. En contraste, los aceites vegetales escalan un 1,4% mensual, alcanzando su nivel más alto desde 2022 gracias al impulso del palma, girasol y colza.
El mayor foco de tensión está en la carne, que sube un 4,9% interanual y toca un máximo histórico, empujada por bovino y ovino, mientras el cerdo se estanca y las aves caen. En lácteos, el índice retrocede por segundo mes consecutivo, aunque sigue 10,6% por encima del año pasado.
Este escenario evidencia un mercado alimentario desequilibrado, donde la caída de unos productos apenas compensa el encarecimiento estructural de otros, dejando a consumidores y cadenas de suministro frente a un panorama de inflación persistente.
Los cereales marcaron 105,6 puntos, con un retroceso interanual del 4,1%, arrastrados por la caída del trigo y el arroz, aunque el maíz encadena tres meses de alzas. En contraste, los aceites vegetales escalan un 1,4% mensual, alcanzando su nivel más alto desde 2022 gracias al impulso del palma, girasol y colza.
El mayor foco de tensión está en la carne, que sube un 4,9% interanual y toca un máximo histórico, empujada por bovino y ovino, mientras el cerdo se estanca y las aves caen. En lácteos, el índice retrocede por segundo mes consecutivo, aunque sigue 10,6% por encima del año pasado.
Este escenario evidencia un mercado alimentario desequilibrado, donde la caída de unos productos apenas compensa el encarecimiento estructural de otros, dejando a consumidores y cadenas de suministro frente a un panorama de inflación persistente.