Sin embargo, el impulso llega tarde. En los siete primeros meses del año, las ventas exteriores acumulan un descenso del 1,1% en valor y del 0,9% en volumen, hasta los 1.709 millones de euros y 1.172 millones de litros.
Por categorías, los vinos envasados —los de mayor margen— caen tanto en volumen como en facturación, mientras que el granel, de menor rentabilidad, crece y gana peso en el mix exportador. Aun así, ambos segmentos logran mejorar su precio medio, una señal de ajuste en un mercado cada vez más tensionado.
En el balance interanual, la facturación apenas sube un 0,2%, hasta 2.959 millones de euros, mientras el volumen cae un 4,6%. El sector, atrapado entre costes crecientes, competencia global y pérdida de valor añadido, necesita redefinir su modelo exportador para no hipotecar su futuro.
Sin embargo, el impulso llega tarde. En los siete primeros meses del año, las ventas exteriores acumulan un descenso del 1,1% en valor y del 0,9% en volumen, hasta los 1.709 millones de euros y 1.172 millones de litros.
Por categorías, los vinos envasados —los de mayor margen— caen tanto en volumen como en facturación, mientras que el granel, de menor rentabilidad, crece y gana peso en el mix exportador. Aun así, ambos segmentos logran mejorar su precio medio, una señal de ajuste en un mercado cada vez más tensionado.
En el balance interanual, la facturación apenas sube un 0,2%, hasta 2.959 millones de euros, mientras el volumen cae un 4,6%. El sector, atrapado entre costes crecientes, competencia global y pérdida de valor añadido, necesita redefinir su modelo exportador para no hipotecar su futuro.