

A pesar del auge del discurso saludable, los alimentos recomendados representan el 73,5% del volumen, pero apenas avanzan 0,32 puntos en dos años, un ritmo insuficiente para cumplir los mínimos nutricionales. Y la paradoja económica sigue viva: el gasto alimentario subió un 11%, mientras que el volumen consumido cayó un 2%, mostrando que las familias ajustan cantidades, no calidad.
Las diferencias regionales confirman la brecha: Navarra y País Vasco rozan el 80% de alimentos saludables, mientras que Murcia ni siquiera llega al 70%. Y aun así, los datos rompen un mito: comer sano no es más caro; de hecho, el precio medio por kilo de los productos saludables es inferior al de los menos recomendados. El reto ya no es la oferta, sino la voluntad y la coherencia del propio sector alimentario.


A pesar del auge del discurso saludable, los alimentos recomendados representan el 73,5% del volumen, pero apenas avanzan 0,32 puntos en dos años, un ritmo insuficiente para cumplir los mínimos nutricionales. Y la paradoja económica sigue viva: el gasto alimentario subió un 11%, mientras que el volumen consumido cayó un 2%, mostrando que las familias ajustan cantidades, no calidad.
Las diferencias regionales confirman la brecha: Navarra y País Vasco rozan el 80% de alimentos saludables, mientras que Murcia ni siquiera llega al 70%. Y aun así, los datos rompen un mito: comer sano no es más caro; de hecho, el precio medio por kilo de los productos saludables es inferior al de los menos recomendados. El reto ya no es la oferta, sino la voluntad y la coherencia del propio sector alimentario.