La medida, impulsada por 18 Estados miembros, responde a una demanda histórica del sector y busca frenar la confusión deliberada generada por las imitaciones vegetales que, bajo nombres engañosos, se presentan como equivalentes nutricionales.
En España, el Real Decreto 474/2014 ya reserva estas denominaciones a productos que contengan carne, pero el debate europeo va más allá: claridad, transparencia y coherencia en el etiquetado para evitar el fraude y proteger tanto al consumidor como al productor.
El sector cárnico celebra este avance como un punto de inflexión económico y regulatorio, en defensa de un mercado más justo y competitivo, donde cada producto —animal o vegetal— ocupe el lugar que le corresponde.
La medida, impulsada por 18 Estados miembros, responde a una demanda histórica del sector y busca frenar la confusión deliberada generada por las imitaciones vegetales que, bajo nombres engañosos, se presentan como equivalentes nutricionales.
En España, el Real Decreto 474/2014 ya reserva estas denominaciones a productos que contengan carne, pero el debate europeo va más allá: claridad, transparencia y coherencia en el etiquetado para evitar el fraude y proteger tanto al consumidor como al productor.
El sector cárnico celebra este avance como un punto de inflexión económico y regulatorio, en defensa de un mercado más justo y competitivo, donde cada producto —animal o vegetal— ocupe el lugar que le corresponde.