

Con superficies en expansión —un potencial productivo del 13% en almendra, 18% en nogal y un 60% en pistacho aún sin explotar— la oferta crecerá más rápido que la capacidad de mercado. Y mientras tanto, la rentabilidad depende cada vez más de la exportación: solo la almendra logró más de 300 millones de euros en ventas exteriores, un 58% más, representando el 90% del valor exportado de frutos secos.
A pesar del optimismo productivo, el sector encara tensiones logísticas, incertidumbre sobre la próxima PAC, competencia internacional y un consumo interno desigual. La recuperación es real, pero la sostenibilidad económica sigue siendo la verdadera batalla pendiente.


Con superficies en expansión —un potencial productivo del 13% en almendra, 18% en nogal y un 60% en pistacho aún sin explotar— la oferta crecerá más rápido que la capacidad de mercado. Y mientras tanto, la rentabilidad depende cada vez más de la exportación: solo la almendra logró más de 300 millones de euros en ventas exteriores, un 58% más, representando el 90% del valor exportado de frutos secos.
A pesar del optimismo productivo, el sector encara tensiones logísticas, incertidumbre sobre la próxima PAC, competencia internacional y un consumo interno desigual. La recuperación es real, pero la sostenibilidad económica sigue siendo la verdadera batalla pendiente.