Pero el gran cambio se produce en la restauración: mientras en 2024 un 86% estaba dispuesto a salir menos a comer fuera, en 2025 la cifra cae al 69%. Comer fuera de casa se consolida como una inversión en bienestar y socialización, incluso en plena tensión inflacionaria.
El 87% de los ciudadanos afirma cuidar más su dieta, y el 85% exige a los restaurantes opciones saludables. Sin embargo, el significado de “saludable” evoluciona: el 96% prioriza la frescura y el 82% reclama más verduras, mientras que las opciones veganas o vegetarianas pierden fuerza, con solo un 35% que las considera decisivas.
El mensaje es claro: el consumidor ya no compra etiquetas, sino autenticidad y calidad real, y el sector hostelero deberá adaptarse si quiere mantener su relevancia económica.
Pero el gran cambio se produce en la restauración: mientras en 2024 un 86% estaba dispuesto a salir menos a comer fuera, en 2025 la cifra cae al 69%. Comer fuera de casa se consolida como una inversión en bienestar y socialización, incluso en plena tensión inflacionaria.
El 87% de los ciudadanos afirma cuidar más su dieta, y el 85% exige a los restaurantes opciones saludables. Sin embargo, el significado de “saludable” evoluciona: el 96% prioriza la frescura y el 82% reclama más verduras, mientras que las opciones veganas o vegetarianas pierden fuerza, con solo un 35% que las considera decisivas.
El mensaje es claro: el consumidor ya no compra etiquetas, sino autenticidad y calidad real, y el sector hostelero deberá adaptarse si quiere mantener su relevancia económica.