El crédito al sector agrario se incrementó, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en un 2,9% el pasado año 2021. Los pilares en los que la fruticultura española debe fundamentar sus líneas de financiación son las energías renovables, la productividad, la digitalización y el cambio climático, procesos de inversión que permitirán obtener una mayor rentabilidad en el sector.

De esta manera, el sector frutícola español, que en 2021 su valor de la producción superó los 9.000 millones de euros, podrá mantener su importancia en el conjunto del agroalimentario nacional al representar más del 15% de la producción agraria total.

Que la fruticultura española sea sostenible pasa por la aplicación de sistemas eficientes en el uso del agua, la mejora en la conservación y fertilidad de los suelos, las energías renovables como el paso a la fruticultura ecológica, que ha experimentado un crecimiento del 157% en el último quinquenio.