El debate ha dejado claro que el consumo crece un 7,3% en Andalucía, liderando a Europa, y que la marca del distribuidor ya copa el 61,7% del mercado, mientras los costes laborales, la digitalización y los cambios en el consumidor presionan los márgenes empresariales.
En un contexto de transformación profunda, el sector reclama diálogo, innovación y equilibrio: producir alimentos más saludables y sostenibles sin perder rentabilidad. Un reto económico y social que definirá el futuro de la agroindustria andaluza, llamada a ser motor de salud, empleo y desarrollo.
El debate ha dejado claro que el consumo crece un 7,3% en Andalucía, liderando a Europa, y que la marca del distribuidor ya copa el 61,7% del mercado, mientras los costes laborales, la digitalización y los cambios en el consumidor presionan los márgenes empresariales.
En un contexto de transformación profunda, el sector reclama diálogo, innovación y equilibrio: producir alimentos más saludables y sostenibles sin perder rentabilidad. Un reto económico y social que definirá el futuro de la agroindustria andaluza, llamada a ser motor de salud, empleo y desarrollo.