El sector agroalimentario alemán vive un momento de incertidumbre, después de la cascada de 75 quiebras en empresas vividas entre enero y octubre de 2021, repartidas entre la agricultura y la silvicultura.

La ampliación de las prestaciones por reducción de jornada y de las ayudas están estabilizando la situación. Las insolvencias corporativas aumentaron el pasado noviembre en un 4,6%. En la industria alimentaria, entre enero y octubre, cayeron 98 empresas. Un 15% menos que en 2020 y un 63% menos que en 2019.

El aumento de los precios de la energía y la aguda escasez de trabajadores cualificados son dos factores que están impactando de forma negativa en la solvencia de las empresas y que ha disparado la señal de alerta ante el temor de un repunte en la cantidad de quiebras empresariales durante 2022.