Las expectativas de inflación aumentan: 0,2 puntos a un año, 0,13 a tres y 0,06 a cinco años, lo que demuestra que el impacto no es transitorio. En paralelo, quienes ven los aranceles como recesivos redujeron sus previsiones de crecimiento en 0,4 puntos, el doble que el resto de los encuestados.
El consumo también se resiente. Un 26% de europeos ha dejado de comprar productos estadounidenses y un 16% recortó su gasto total, especialmente en bienes discrecionales. El golpe es desigual: los hogares de renta alta desplazan compras, mientras que los de renta baja directamente consumen menos.
El resultado es claro: más inflación, menos confianza y un consumo debilitado, señales preocupantes para una economía europea que ya muestra grietas en su capacidad de resistencia.
Las expectativas de inflación aumentan: 0,2 puntos a un año, 0,13 a tres y 0,06 a cinco años, lo que demuestra que el impacto no es transitorio. En paralelo, quienes ven los aranceles como recesivos redujeron sus previsiones de crecimiento en 0,4 puntos, el doble que el resto de los encuestados.
El consumo también se resiente. Un 26% de europeos ha dejado de comprar productos estadounidenses y un 16% recortó su gasto total, especialmente en bienes discrecionales. El golpe es desigual: los hogares de renta alta desplazan compras, mientras que los de renta baja directamente consumen menos.
El resultado es claro: más inflación, menos confianza y un consumo debilitado, señales preocupantes para una economía europea que ya muestra grietas en su capacidad de resistencia.