Millones  de toneladas de frutas y verduras no consiguen conquistar a los consumidores ni  en los lineales de los supermercados ni en las pequeñas tiendas de barrio.

Es  más, 1.300 millones de toneladas de alimentos destinados al consumo humano  terminan en la basura. Pues bien, Biodiverso, una spin-off -concretamente una empresa de base tecnológica- crea cosmética sostenible utilizando los  productos de desecho de la agricultura.

Biodiverso, aliada con la Universidad  Politécnica de Cartagena, tiene como objetivo la investigación, el desarrollo  y comercialización de productos cosméticos y nutricosméticos, elaborados a partir de frutas, hortalizas y subproducto. Una empresa de cosmética  sostenible, basada en un modelo de economía circular.

Toda esta historia arrancó con la  comercialización de 4 cremas corporales y exfoliantes, elaborados con pulpas  de melocotón y naranja.

El trabajo de Biodiverso con las frutas y  hortalizas, que nadie quiere, le ha permitido crear tres tipos de cremas  faciales: Hidratante: incorporan la beteína obtenida por fermentación de la  remolacha que hidrata la piel. Antioxidante: utilizan el resveratrol y el  propio extracto de las semillas de uva. Antiedad: incorporan la aceituna y la  hoja de olivo.

Para Biodiverso todas las frutas son sanas,  saludables y ricas desde un punto de vista funcional. Los residuos son un  valioso recurso y una oportunidad de negocio alternativo a la  comercialización del producto en fresco.